lunes, 17 de agosto de 2020

REFLEXIONES: ES POSIBLE QUE LA HISTORIA SE REPITA

Hace 100 años (1918-1920),  en España  apareció una pandemia  considerada la más letal de la historia causada por el virus H1N1 con genes de origen aviar. La pandemia se propagó rápidamente por el mundo, debido a la vulnerabilidad de los adultos jóvenes sanos y por la falta de vacunas y tratamientos causaron una crisis mundial en la salud pública. Las estadísticas indican que se contagiando a lo menos 500 millones de personas  y se calcula  al menos 50 millones de muertes a nivel mundial, incluyendo alrededor de 675-000 muertes en los Estados Unidos.

La característica exclusiva de la pandemia  de 1918, fue que atacó a personas menores de 5 años, a personas entre 20 y 40 años y mayores de 65 años y duró 2 años. Las medidas que se tomaron en aquella época fueron: el aislamiento social, la cuarentena, buenos hábitos de higiene personal, uso de desinfectantes y prohibición  de reuniones públicas.

Similar historia está sucediendo con la pandemia covid-19 que inicio en diciembre del 2019 y se propago por todo el mundo y los especialistas pronostican que se prolongará hasta el 2021. Parece que la historia se repite después de 100 años. Oremos para que Dios nos proteja.

Ojala esta breve historia sirva para reflexionar y aprendamos a prevenir y vivir la nueva normalidad, a partir de las  lecciones aprendidas de hace 100 años de  como cambió el mundo  y ahora nuevamente el mundo está cambiando; pero el cambio lo tenemos que enfrentar todos con responsabilidad y cultura cívica, primero cumpliendo la cuarentena y las medidas sanitarias.



miércoles, 20 de mayo de 2020

PERDIMOS LA BATALLA Y PERDEREMOS LA GUERRA



Un análisis crudo pero real

Los peruanos hemos enfrentado algunas guerras en nuestra historia republicana, y en la mayoría fuimos derrotados. Antes perdimos porque el enemigo tenía mejores armas y mayor número de soldados. Pero esta vez será distinto. Esta vez perderemos por los motivos más absurdos y vergonzosos.
Perderemos porque no aprovechamos una enorme ventaja que tuvimos: el factor tiempo. Cuánto desearían los italianos y españoles haber conocido la magnitud de esta epidemia con la misma anticipación que nosotros. Aquí, gracias a la prensa y las redes sociales, supimos desde enero que algo terrible estaba ocurriendo en China; pero pensamos que estaba demasiado lejos como para que nos alcanzara. Creímos que sería como aquellas epidemias que, de vez en cuando, se desatan en países africanos y nos confiamos en que pronto la ciencia le hallaría solución.
Perderemos porque, cuando llegó a Europa, mantuvimos la confianza en que aún seguía lejos y que tardaría mucho en llegar aquí, a pesar de que todos los días cientos de peruanos van y vienen, y que hacerlo les toma casi el mismo tiempo que viajar en bus de Chiclayo a Lima. Además, nos confiamos en que, si llegaba al Perú, el gobierno nos avisaría inmediatamente. Y así, recién a partir de entonces tendríamos cuidado.
Perderemos porque una vez anunciado el “caso cero” –y cuando el presidente inicialmente recomendó evitar las reuniones masivas– nosotros hasta hicimos colas para parrandear y lo justificamos desdeñosamente diciendo que recién había un solo infectado en el Perú y que la enfermedad mataba solo a los viejitos. Y ahora que el sistema de salud ha colapsado, resulta que se formaron dos largas colas: una donde trasnochamos esperando por una cama de hospital y otra donde pugnamos por comprar cajas de cerveza. Porque ni frente a la más grande calamidad dejamos de lado nuestros vicios.
Perderemos porque no somos como los habitantes de Vietnam, un país vecino de China y que tiene mucha más pobreza económica que el Perú. Allá, el primer infectado se detectó casi dos meses antes que en el Perú; ellos inmediatamente establecieron una cuarentena que funcionó en solo un mes, con unos cuantos contagiados y ningún fallecido a causa del virus. ¿Y por qué funcionó? Pues porque sus habitantes son responsables y disciplinados. No es casualidad que fueran el único pueblo en el mundo que enfrentó una guerra contra los Estados Unidos y la ganó.
Perderemos porque, cuando el gobierno peruano trató de imitar el ejemplo de ese país, nosotros los ciudadanos no tuvimos la capacidad para hacerlo. ¿Por qué? Pues porque somos indisciplinados, desordenados, rebeldes, insolidarios, egoístas, oportunistas, y un largo etcétera. Porque hace tiempo nuestros antepasados alcanzaron un nivel humano denominado cultura Inca; sin embargo, ahora nosotros hemos degenerado hasta un nivel llamado “cultura combi”. Somos reacios a acatar unas simples reglas de prevención e higiene, pero somos efusivos para atacar al gobierno y culparlo del desastre que nosotros mismos provocamos.
Perderemos porque no recapacitamos ni siquiera cuando llegaron videos de Guayaquil, Ecuador, que mostraban a la gente desesperada quemando cadáveres de sus parientes en las calles. Al verlos dijimos: “¡Qué terrible!... Pero no hay problema porque Vizcarra ya cerró la frontera”. Como si la muerte supiera de fronteras. Ahora vamos por ese mismo camino y hacia el mismo escenario, sobre todo aquí en el norte. Entonces, ya es muy tarde, alguno de ellos será nuestro abuelo, nuestro padre, nuestro hermano… o nuestro hijo.
Perderemos porque tenemos miedo de ser contagiados por los muertos, por aquellos cadáveres que ya no respiran ni estornudan ni tosen y, por ende, no expulsan micropartículas de saliva –esas que contienen el virus–. Sin embargo, no tenemos miedo de interactuar con el vecino, con el bodeguero, con el comerciante, con nuestros clientes. Mientras no estornuden, presumimos que no llevan consigo el virus; y creemos que usar una mascarilla equivale a llevar puesto un traje de bioseguridad.
Perderemos porque fuimos al colegio solo a calentar carpeta; ello acarreó nuestra escasa cultura general. Cuando quisieron cavar una fosa común en un descampado de nuestro distrito, nos opusimos enérgicamente a ello argumentando que el virus saldría de los cadáveres, “caminaría” por el subsuelo y brotaría hacia la superficie para infectarnos. ¡Caray! No sabemos siquiera la diferencia entre un virus, una bacteria y una lombriz de tierra. Y probablemente hasta sintamos temor de que los cuerpos despierten como zombis por la noche y vengan hacia nuestras casas a atacarnos.
Perderemos porque creemos en las palabras de una niña, por el simple hecho que ella aseguró haber “conversado” con Dios. En cambio, no hacemos caso a las súplicas de nuestras autoridades, a pesar de que sus recomendaciones provienen de la ciencia. Porque todavía en estos tiempos, en vez de acudir a un médico, le confiamos nuestra salud a un brujo que nos ofrece hierbas, o a un pastor de iglesia solo porque nos asegura que Dios le dio poderes sanatorios.
Perderemos porque cuando fuimos al banco, donde se formaba una cola y la gente aún guardaba cierta distancia, nosotros aprovechamos el descuido de alguien para “zamparnos” en ella. Porque con nuestra viveza y criollada generamos desorden y provocamos que se formaran los peligrosos “trencitos”. Porque para nosotros comprar significa exigirle al vendedor que nos atienda primero e implica apegarnos al mostrador para evitar que otro se nos adelante.
Perderemos porque no somos empáticos. Porque un día enfermamos, nos detectaron el virus y nos ordenaron no salir de casa. Pero, al ver que nuestros síntomas eran mínimos, decidimos abrir nuestro puesto en el mercado y le vendimos nuestros productos al prójimo, quienes de yapa se llevaron el virus. Porque en nuestra farmacia multiplicamos hasta por cinco el precio del alcohol, pese a que las fábricas lo siguen produciendo con normalidad y casi al mismo precio de siempre.
Perderemos porque, una vez finalizada la cuarentena, volveremos a nuestra rutina. Nuevamente abarrotaremos el micro, la combi y el colectivo, con la mascarilla mal puesta y confiando en que el cobrador y el resto de pasajeros estarán sanos. Por prevención, saludaremos y despediremos a nuestros amigos chocando los codos; pero nos jugaremos con ellos una pichanga sin importar que nuestros gases pulmonares se entremezclen dentro de la cancha. Nos reuniremos a tomar unos tragos con ellos, obviamente cada quien con su vaso; pero en una de esas, “sin querer queriendo”, nos contagiaremos y llevaremos el virus a casa.
Perderemos porque, una vez que los restaurantes implementen el sistema de ventas por delivery, confiaremos en que el propietario será riguroso con su personal en la higiene y prevención del Covid-19. Sí, ese mismo restaurante que suele tener como huéspedes a cucarachas y ratas. Pero nosotros, al ver que su repartidor usa gorro, mascarilla y guantes, confiaremos en que todo está bien con la comida que nos llevaremos a la boca.
Perderemos porque pudimos haber ganado esta guerra en menos de un mes. Nuestro aparato económico pudo haber resistido y todas las actividades haberse restablecido con una mínima recesión. Pero simple y llanamente no quisimos. Preferimos ser los mismos de siempre; quizá hasta peores que nunca. Ahora se nos viene una de las mayores crisis económicas y sociales de la historia. Si antes del coronavirus ya abundaban la informalidad, la violencia y la delincuencia, lo que sigue es más que desalentador.
Perderemos porque, así como en el fútbol, para ganar una copa mundial no basta con mandar al campo once peloteros y pedirles que imiten el sistema de juego de los últimos campeones. Para lograrlo es necesario, además, contar con futbolistas de ese mismo nivel. Entonces, no se trataba de imitar una medida de aislamiento que funcionó en otros países; era necesario que nosotros actuemos como los ciudadanos vietnamitas, chinos, coreanos o japoneses. Pero no tenemos ese nivel cultural; esta vez, como nunca antes, nos hemos comportado como verdaderos peruanos.
 Por favor compartir, quizás alguien empiece a entender lo importante que es el aislamiento social, o mejor aún, el aislamiento voluntario.

Nota: Texto completo compartido como reflexión  de uno de mis compañeros de estudios.

jueves, 11 de abril de 2019

La ideología de género una decisión equivocada del estado peruano



Sabemos que el currículo nacional expresa una intencionalidad política de una, nación, un país una república democrática, pero eso no le da derecho al estado de imponer una ideología de género, que va en contra de la voluntad y decisión que compete a los padres de familia de educar y criar a nuestros hijos de acuerdo a su formación y creencias religiosas, sociales , políticas, culturales, y muchas de ellas ya reguladas en la constitución política y el código civil.
Pienso que el poder Judicial y el Ministerio de educación se han equivocado con la decisión de un tema tan polémico y subliminal que daña no solo nuestra identidad personal, biológica y psicológica, si fundamentalmente la ética y moral de los niños, y adolescentes.
Habiendo tantos temas pendientes y urgentes por resolver, nos están distrayendo, por eso la educación está en caída libre.
Me quedo con las ideas centrales de la entrevista de la Doctora. Beatriz Mejía publicada el domingo 7 de abril del 2019.
"No formo parte de ningún partido político, lo que sí me queda claro es que los ciudadanos que nunca hemos participado en política debemos dar un paso al frente para defender la integridad de la patria y defender nuestros derechos"

lunes, 21 de enero de 2019

PROPUESTA SENCILLA Y REAL PARA FRENAR LA VIOLENCIA Y ASESINATO DE MUJERES EN EL PERÚ.


Las estadísticas registran que ya son 489 los casos de mujeres asesinadas en 4 años. Y en lo que va del año 2019, ya son 8 las mujeres asesinadas en distintos puntos del país.
A pesar que el estado y la sociedad civil han implementado una serie medidas legales y movilización de masas , las cifras son cada vez mas alarmantes.
El problema radica en la forma como educamos a las mujeres en el seno de la familia, cuya causa es el machismo. Por ejemplo al varón siempre se le dice en el hogar: Los hombres no lloran, que son machos, que no deben lavar los servicios,barrer la casa o ir de compras al mercado, que esas actividades domesticas son propias de las mujeres.
En pleno siglo XXI estos roles en la familia todavía no han cambiado, a pesar del reconocimiento de los derechos políticos económicos y sociales de la mujer. Solo por mencionar actualmente ambos esposos o parejas trabajan o estudian en igualdad de condiciones en nombre de la ley, pero cuando llegan a la casa la mujer sigue haciendo las actividades rutinarias de la casa y atender a los hijos. El esposo esta cansado y ¿la esposa?.¿Porque no compartir los roles de la casa de manera equitativa y educar a los hijos con el ejemplo?
Estas actitudes no van a cambiar con leyes, movilizaciones o discursos políticos; si no empezamos por reformar o cambiar algunos roles de la escuela basado en valores como respeto,responsabilidad, solidaridad y compromiso. Si bien es cierto que no podemos regular o controlar por ley el rol de la familia; pero si podemos empezar en la escuela enseñando a sus hijos por cambiar las actitudes machistas y formas tradicionales de crianza en sus hogares. Este proceso por lo menos pasará dos generaciones para construir una nueva familia y sociedad peruana sin violencia. Mientras tanto el estado,deberá regular a los medios de comunicación que también son responsables de transmitir programas que generan violencia y modelos de dominación social.
¡Cambios urgentes en la forma de enseñar en la escuela para terminar con la violencia y el feminicidio creciente en el Perú!.


martes, 27 de noviembre de 2018

REFLEXIONES: LA OTRA CARA DE LA CORRUPCIÓN


  Actualmente el Perú vive una de las peores crisis Moral de la historia, la corrupción generalizada en todas las instituciones y organizaciones del sistema público y privado. La gente está harta de ver todos los días el circo mediático en los medios de comunicación y redes sociales que informan y comparten el cinismo y el sarcasmo de los políticos que fungen  de ser inocentes a la hora de rendir cuentas a la justicia.
El impacto es frustración, la violencia,  la gente ya no cree en sus gobernantes. Pero si analizamos nuestra historia, podemos afirmar que todo tiene su tiempo, todo se acaba, nada dura para siempre, todo tiene su ciclo, tarde o temprano cae. La justicia tarda, pero llega, el más rico y poderoso cae. Miren a empresarios, políticos, gobernantes investigados por corrupción.
Si miramos el pasado y el presente nos damos cuente que las cosas siempre han sucedido así, el olvido y el conformismo de la gente han sido cómplices de la corrupción. Entonces por qué no cambiar esta situación, desde la visión prospectiva y reflexiva miremos este problema como una oportunidad. Por ejemplo gracias al uso de la tecnología se difundieron los Vladi videos, los Mamani videos, los recientes hermanitos videos, nos hemos informado de la podredumbre que pasa en todo los niveles y esferas de los gobiernos de turno.
De la crisis generalizada podemos sacar muchas lecciones aprendidas para que la historia no se repita y desterrar de una vez por todo, la corrupción, les presento algunas ideas:
1.- Dice el viejo refrán “la educación empieza en casa”, entonces por qué no empezar en el hogar  a educar a nuestros hijos para que aprendan a tener,  a disfrutar  a  valorar la vida, la salud, sobre todo aprendan a vivir digna y honestamente, valoren la libertad, la justicia, y  tantos otros valores que hemos perdido a lo largo de la historia el Perú.
2.- La escuela una institución por tradición llamada “el centro del saber” se debería retomar y reforzar los valores preciados como democracia, tolerancia, gobernabilidad, respeto, honestidad para construir una nueva concepción de ciudadanía y sociedad.
3.- Se necesita un nuevo pacto ético para reconstruirla y una verdadera reconciliación política social basada en valores como la honestidad, humildad y compromiso con uno mismo y los demás, pero eso pasa por reconstruir y recuperar una educación con sentido como plantea Joseph Joubert “Enseñar es aprender dos veces”.
Naturalmente para lograr estos propósitos se necesita voluntad política del estado y del gobierno para cambiar la política educativa. Sabemos que la crisis del estado es sinónimo de la crisis de la educación. La educación es el único instrumento para cambiar el país.  
Seguiremos conversando…


viernes, 27 de julio de 2018

EL SENTIDO DE LA PATRIA UNA OPORTUNIDAD PARA REFLEXIONAR Y CELEBRAR.


Si bien es cierto que el 95% de peruanos opinan que el Perú vive una profunda crisis moral por el problema de la corrupción generalizada e institucionalizada en todas las esferas del Estado. Ya nadie cree en sus instituciones, inclusive muchos ya no quieren celebrar el aniversario de nuestra independencia del Perú. inclusive califican que el Perú esta mal, ya no tiene salida por que todo esta corrompido.
Muy respetable las opiniones ; yo tambien pienso que el problema es estructural, la democracia , la gobernabilidad , la sociedad esta en crisis ; pero quisiera precisar como Docente y afirmar: No es el Perú que esta mal; lo que esta mal son su gente, sus gobernantes, sus autoridades, quienes haciendo uso del poder han robado, delinquido, saqueado sus riquezas del Perú en beneficio personal y de su familia, conduciendo hacia a la peor crisis moral llamado corrupción.
El Perú es un país de enormes posibilidades para el desarrollo sostenible, somos una raza de guerreros,que no se rinde fácilmente, hemos sido capaces de superar muchas dificultades, esta crisis no puede ser la excepción; gracias a nuestra historia, cultura, diversidad, gastronomía, su música, nuestros héroes que han sido ejemplo de vida; por todo ello debemos sentirnos orgullosos de ser peruanos y celebrar nuestra aniversario patrio con profundo fervor patriótico.
Sin embargo cualquier cambio o discurso que se proponga con el actual sistema no tendremos mucho impacto en la sociedad, porque la corrupción es como un cáncer que se ha generalizado. Para superar esta crisis planteo las siguientes posibilidades conducida por una comisión multidisciplinario de reconocida trayectoria profesional para elaborar el proyecto:
1.- Reformar la constitución política del Perú .en el marco de una verdadera democracia basado en Valores.
2.- Reformar la ley de partidos políticos, máximo 4 partidos o agrupaciones políticas.
3.- Modificar todo los órganos autónomos del jurado nacional de elecciones.
4.- Nueva reforma del poder judicial con control ciudadano.
5.- Reformar la ley del poder Legislativo. No mas autonomía ni reelección de los congresistas eternos.
6.- Muerte civil para todo los corruptos y cárcel sin beneficios penitenciarios.
7.- Una profunda reforma de la Educación, con un nuevo currículo basado en valores democráticos para formar al nuevo ciudadano critico y comprometido con su país.
El Perú es mas grande que sus Problemas
¡FELIZ FIESTAS PATRIAS

domingo, 1 de abril de 2018

LA VIVENCIACION UNA ESTRATEGIA DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE(parte II)


El año 2017 desarrollé con los estudiantes la vivenciación una estrategia de enseñanza y aprendizaje(parte I). Como estrategia pedagógica me resultó muy creativa e innovadora dentro del aula, ya que los estudiantes experimentaron y vivenciaron una verdadera participación dentro del aula, a través de la actuación. Con esta estrategia experiencial o vivencial, logrando desarrollar competencias y capacidades al articular las inteligencias múltiple y la inteligencia emocional.
Ernesto Iturralde Tagle afirma que: “El conocimiento es fundamental sin embargo la experiencia es la que nos enseña a incorporar sensaciones, sentimientos, evidenciando valores, comportamientos y principios que marcan huellas indelebles”. 
Esta esta oportunidad al visitar la región Ayacucho con motivos de semana santa no solo he vivido la festividad religiosa, sino que he podido recordar, experimentar, participar y vivenciar parte de la nuestra historia del Perú. Una estrategia que mejoraré durante el año académico 2018 (Parte II)
Mi Experiencia Vivencial: Para conocer la evolución histórica del templo ceremonial de la cultura Wari , he tenido que enfrentar a los guerreros Wari. Luego para conocer el templo del sol y la luna de la zona arqueológica de vilcas Huamán, he tenido que dialogar con el Inca, quien me explicó la maravillosa historia de la extensión militar del Imperio de los incas durante el gobierno del Inca Pachacutec.
Vilcas Huamán es una zona arqueológica dentro de la ciudad perteneciente a la cultura Inca, aquí se combina la modernidad de estos tiempos, con la cultura de nuestros antepasados. Una maravilla para la enseñanza vivencial y un reto para el docente intercultural y multilingue