Agradezco a Dios por darme la oportunidad
de volver a enseñar y aprender de los adolescentes,
me siento privilegiado de estar en las aulas, porque no solamente estoy frente a los adolescentes con talento normal;
sino también con habilidades
diferentes como Cesar. Él es un
estudiante de tercer año de secundaria
que no habla ni escucha (Sordo mudo), pero es altamente creativo, su
participación en las clases es activo, para mí es un desafío estar frente a él.
Como debe ser un docente he tenido que estudiar algunas estrategias metodológicas y lenguaje de señas para
comunicarme y preparar mis unidades de aprendizaje. Hoy me he dado cuenta que
no es solamente vocación de maestro,
sino fundamentalmente una actitud para enseñar y aprender al mismos tiempo. Hoy
siento que soy más crítico y reflexivo con mi profesión y conmigo mismo, cada
día trabajo con mucha pasión e intensidad por hacer de mi profesión un medio
para alcanzar una educación de calidad sobre todo con justicia social. Una
educación con sentido debe ser prioridad en la nueva agenda política de los
próximos gobernantes.