De la huelga
Magisterial de las bases regionales que duró más de 60 días
aproximadamente, podemos sacar algunas
lecciones aprendidas:
1. Que
cuando los maestros se organizan en costa,
sierra y selva somos más que un ejército que luchan con el arma más poderosa y letal que es el conocimiento y
la verdad. En esta oportunidad con la
huelga hicieron temblar y desnudar las carencias del gobierno que por años
esta postergado la educación de calidad. Por eso la ciudadanía y los
políticos y sobre todo los padres de familia y estudiantes del todo el Perú se
pusieron de pie y apoyaron la causa de los maestros. Lo único que hizo el
gobierno es reprimirnos con las fuerzas policiales.
2. Lo
más importante con esta huelga se ha puesto a la educación pública en la agenda
política como prioridad, y se ha logrado sensibilizar a la población que la
educación pública está en crisis y necesita solución integral con participación
de todos los actores políticos; porque la educación es el único camino para lograr el desarrollo
del país, dotándole de presupuesto no menor del 6% del PBI como estipula el PEN
desde el año 2002. Actualmente Perú invierte en Educación el 3.7% de su
Producto Bruto Interno (PBI), y se ubica en el penoso último lugar de los países
de américa latina según el Banco Mundial.
3. En
una sociedad tan compleja y plural como la nuestra, es necesario escuchar a todos los actores sin distinción de nadie. Que el
dialogo es el único camino para solucionar los conflictos sindicales, sociales
y económicos. En este caso se pudo evitar hace mucho tiempo si hubiéremos
tenido una Ministra con capacidad y sentido común de escuchar las demandas de
los maestros de las bases regionales. Sobre todo se hubiera evitado la muerte
injusta de 4 maestros hoy mártires de la huelga y cientos de heridos en todo el
país y la perdida de clase por 60 días de casi 3 millones de estudiantes.
4. El
reclamo de los maestros no ha sido en vano, con esta huelga se la logrado
sensibilizar a la ciudadanía en general
y concientizar a los maestros, padres de familia y estudiantes de la necesidad de estar unidos y defender la
educación pública de calidad, donde se reconozca
y revalore al docente como actor principal del cambio para mejorar los
aprendizajes de los estudiantes.
5. Comprender
que en el Perú ya no se necesitan reforma educativas que no reforman; si no
verdaderos cambios con sentido, donde la educación se convierta en política pública;
por ser una demanda social que requiere inversión
y una buena información, comunicación, interrelación y compromiso de todos los
actores educativos y sociales.
6. Finalmente
la huelga ha servido para despertar al gobierno,
a la clase política y sobre todo a los sindicatos que no pueden estar a espaldas a la realidad y
abandonar a su suerte a las bases,
inclusive negociar plataformas lesivas a los intereses de los maestros.