La respuesta es simple:
Voluntad política y un currículo coherente con la calidad y realidad del país.
Eso significa dejar de hacer lo que estamos haciendo porque; ya no tiene sentido seguir preparando a los estudiantes solo para rendir la prueba PISA, ECE, LLECE a cualquier costo para decir que estamos bien.
En verdad con lo que estamos haciendo como política educativa, es formando estudiantes altamente competitivos (éxito o fracaso) y no competentes para la vida como exige el enfoque por competencias, caracterizado por el desarrollo de la curiosidad, la imaginación, el pensamiento crítico reflexivo, la creatividad e innovación, la motivación para generar alta demanda cognitiva, pasión por aprender y hacer las cosas bien, respeto a la diversidad, responsabilidad y compromiso , confianza y autonomía, empatía y tolerancia.
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