martes, 11 de abril de 2017

NO TUVE TIEMPO


Un hombre sabio decía: La gran línea divisoria entre el éxito y el fracaso se encierra en tres palabras: No tuve tiempo
En medio del frenético ritmo de la vida moderna nos parece con frecuencia que los días no tuvieran horas suficientes para realizar nuestras aspiraciones y entonces renunciamos a ellas.
El mundo sin embargo, está lleno de personas que a fuerza de voluntad han encontrado la manera de destinar una hora diaria por lo menos a cultivar por si mismas su facultad creadora. Es más he observado que los individuos con mayor número de ocupaciones suelen ser los que arreglan para disponer diariamente de una hora para disfrutar de su soledad.
Quien dedique aunque solo sea una hora al día, algún proyecto para él apasionadamente le estará destinando los 365 horas al año, O sea, el equivalente de más de 45 jornadas de trabajo de 8 horas diarias cada uno.
Esto es como agregar un mes y medio de vida productiva a cada año de nuestra existencia. Reconozco que no es tan fácil.

Se necesita voluntad primero para darse esa hora y para luego utilizarla sabiamente. Lo más importante es que nuestras horas de soledad sean productivas y así puedo serlo aunque a veces únicamente nos proporcione sentimientos de bienestar.

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