La Administración de
recursos Humanos en cualquier organización y de manera especial en las
instituciones educativas, constituye una
actividad compleja y trascendental:
ü Porque
se trata de personas con diferentes aspiraciones que buscan satisfacer
necesidades personales y grupales, a la vez lograr los objetivos de la
organización, por eso se afirma que por naturaleza el ser humano es
insatisfecho.
ü Por
que trata de compatibilizar objetivos, intereses, expectativas, posiciones,
necesidades individuales y colectivas que son fines de la administración de
personal en una nueva cultura organizacional.
Entonces si
queremos instituciones educativas de calidad con una dirección hacia objetivos estratégicos,
que conviertan los problemas en retos, y los desafíos en oportunidades, para
crecer en cuanto a calidad, equidad y pertinencia, no queda otra
posibilidad de realizar cambios profundos en la gestión, fundamentalmente
invertir en el talento humano ( Silvina Hutchins – Jiménez – 2006), ya que el
objetivo de las organizaciones modernas de hoy, es captar y retener a sus
talentos para competir en el nuevo mercado laboral. Este nuevo escenario obliga
a los líderes conocer nuevas herramientas de planeamiento estratégico para
garantizar el incremento de la eficiencia de sus operaciones, la satisfacción y
compromiso de sus trabajadores.
Actualmente
existe una alta competitividad entre las organizaciones por ubicarse en un
posicionamiento que les asegure sostenibiidad y mejor liderazgo en el mercado.
En esa
perspectiva las Instituciones educativas como empresa de servicio también
sienten la necesidad de mejorar cada vez más su calidad y obtener un
reconocimiento social. Sin lugar a dudas para lograr lo manifestado, se
requiere hablar de la persona que dirige y conduce la institución, nos
referimos al LIDER que toma decisiones
en equipo, el que tiene muy claro
lo que debe hacer para fomentar un liderazgo transformacional( empowerment,
benchmarking, coaching). En ese sentido el Líder de la Organización no puede
contentarse con desempeñar su función en forma adecuada si no fundamentalmente
el líder debe tener ciertas cualidades, capaz de crear un ambiente agradable de
trabajo, donde los trabajadores se sientan identificados y comprometidos con la
nueva cultura organizacional, sobre todo se desarrollen y crezcan continuamente
con una sólida racionalidad clave para la empleabilidad de sus trabajadores.
Por eso el
verdadero líder debe apoyarse en la calidad de sus trabajadores y de las nuevas
exigencias que le impone la sociedad del conocimiento e información. Si
queremos una educación integral y de calidad es necesario invertir en formación
de recursos humanos. (IPPE – UNESCO – 2000)
El futuro de las Instituciones
educativas dependerá de la capacidad creativa e innovadora de sus docentes y
administrativos, pero fundamentalmente de sus líderes que dirigen.
A partir de esta premisa nos
referiremos a las funciones específicas del director que hace la diferencia en
una gestión de calidad.
EL
DIRECTOR DEBE SER LIDER; DEBE APOYAR Y
ESTIMULAR
Según la autora Sylvia Schemellkes en un
proceso de mejoramiento de la calidad el poder del director es fundamental y
además, es importante decirlo, se exige de una función muy diferente de la que
usualmente suele desarrollar. La calidad requiere un nuevo tipo de liderazgo,
basado en la experiencia y en la convicción personal y no necesariamente en la
escolaridad, edad o rango. Logra mas con el ejemplo de su coherencia de vida,
con los valores que proclama y con su
consistencia que con la autoridad que procede de su nombramiento.
El director
debe ser le primero y el mayormente comprometido con el propósito de mejorar la
calidad. Esto significa que el director de una escuela debe sentirse responsable
de la calidad educativa de esa escuela. Debe fungir como autentico líder, capaz
de motivar, facilitar, estimular el proceso de mejoramiento de la calidad. En
otras palabras, desempeñar un papel de animador de sus colegas y de los padres
de familia, es decir, es un animador de la comunidad escolar.
Debe
comprometerse a involucrar a su personal en un proceso participativo, constante
y permanente para hacer las cosas cada vez mejor. Un director así no puede
limitar su función al papeleo administrativo y a las relaciones con el sistema
educativo más amplio y con las autoridades de
la comunidad. Tiene que conocer a
fondo todos los procesos importantes que
ocurren en la escuela y tiene que involucrarse de lleno en cada uno de ellos.
A un director no se le puede cerrar ninguna puerta. Tiene que poder reunirse
con los maestros, entrar al aula,
conversar con los padres de familia, entender
los problemas de los alumnos. Y, lo mas importante, le corresponde a el
la difícil tarea de ser el motor principal
de un proceso mediante el cual la escuela logre niveles
de resultados cada vez mejores y cada vez mas acordes con las necesidades de los beneficiarios. Como ya hemos señalado
varias veces, este proceso requiere constancia.
Para la filosofía
de la calidad, la clave consiste en que los directores entiendan que ello son
el problema. No porque ellos no actúen y
se desempeñen como se espera de ellos que lo hagan, sino porque no asumen las
funciones que acabamos de describir. Si no hay nadie que las asuma, no puede
darse un proceso de mejoramiento de la calidad. Y quien las asume debe ser el
director.
El director
debe ser capaz de entusiasmar a los maestros para que le ayuden a diseñar un
plan. A través de este esfuerzo colectivo, se va logrando que el equipo configure y comparta un objetivo, y se
comprometa a realizar lo que le corresponde para irlo alcanzando. Una vez
elaborado este plan colectivo, al director le corresponde mantener una presión
coherente y constante sobre la escuela para que el plan se lleve a cabo. El
móvil fundamental del director, más que de ningún otro miembro del personal, es
satisfacer cada vez mejor las necesidades de los beneficiarios de la escuela.
EL
DIRECTOR DEBE BUSCAR QUE EL DOCENTE ESTE ORGULLOSO DE SU TRABAJO
“El
director se preocupa por eliminar las barreras que privan al trabajador de su
mayor derecho; el derecho a estar orgulloso de su trabajo”
W
Deming
Este es uno de
los elementos fundamentales de la filosofía de la calidad. El líder de un proceso
de calidad debe ayudar a los docentes a trabajar mas inteligentemente, no mas duramente. La
dirección debe comprender y actuar sobre los problemas que privan al docente de
la posibilidad de realizar su trabajo con satisfacción. La meta es lograr que
el maestro tenga orgullo de su trabajo.
De esta manera, el director se preocupa fundamentalmente por las personas.
El líder, en
vez de ser un juez que inspecciona y evalúa a las personas, es un compañero que
aconseja y dirige a su gente día a día, aprendiendo de ellos y con ellos. El
objeto del liderazgo es mejorar el comportamiento del ser humano para mejorar
la calidad, eliminando las causas de las
fallas y de los problemas y ayudando a las personas a que hagan mejor su
trabajo. Para esto, es necesario que
focalice su atención en el sistema, o sea,
en el conjunto de proceso que tienen
lugar dentro de la escuela, de forma consistente, de manera que todo el
mundo haga mejor el trabajo y con mayor satisfacción. Para ello, es esencial
que este en armonía con sus
trabajadores.
UN
DIRECTOR SE PREOCUPA POR INVESTIGAR
Hemos
procurado dejar claro en lo que hemos dicho hasta el momento que no se puede
planear el mejoramiento de la calidad de
la escuela a partir de instituciones. Es necesario contar con información sólida
e interpretarla correctamente. Esto significa que hay que conocer nuestra
escuela y nuestro entorno. Tenemos que conocer, en primer lugar, como estamos
logrando nuestros objetivos hacia fuera,
que niveles de aprendizje estamos logrando. Tenemos que conocer las condiciones
y las necesidades de nuestros beneficiarios d e todos ellos y la forma en que
estamos fallando en su satisfacción. Pero también debemos saber con que
recursos contamos, quienes somos como equipo, que nos falta para enfrentar el
reto de mejorar nuestros niveles de
logro.
Tenemos que
investigar las posibles soluciones a los problemas que detectamos a los
problemas que detectamos. Y tenemos que ser capaces de monitorear el proceso de solución y de evaluar sus resultados.
Todos estos
son proceso que requiere investigación. Esta investigación no tiene
necesariamente que ser compleja; una
prueba sencilla a los alumnos, una entrevista a fondo del director con cada uno
de sus docentes, un conjunto de visitas a los padres de familia, una entrevista
a los egresados, un análisis mas detallado de los datos que entregamos a las
autoridades superiores. Un proceso de
mejoramiento de la calidad implica hacer todo esto para contar con información de la
realidad que nos permita interpretar,
encontrar causas y diseñar soluciones. Es un paso indispensable para poder
elaborar un plan en el que nos involucremos todos. El director tiene que ser capaz de idear y de
conducir este proceso de investigación.
UN
DIRECTOR SE PREOCUPA POR LA FORMACION EN EL TRABAJO
El proceso de
mejoramiento de la calidad es un proceso educativo de quienes en el se
involucran. Participar en un proceso de esta naturaleza implica aprender a
conocer las necesidades del beneficiario: de los alumnos, de los padres, de la comunidad,
en último término de las sociedades actuales y futuras. Significa aprender, en
el proceso mismo, a investigar, a interpretar la información, a discernir las
causas principales de un problema. Involucrarse en un trabajo de mejoramiento de
la calidad significa aprender de los colegas
que ya han intentado solucionar un problema, pero también significa
documentarse, conocer lo que se ha escrito respecto a las causas de los
problemas a los que se están enfrentando y a los intentos de solución, conocer
otras experiencias que han intentado solucionarlos y evaluar sus resultados.
Implica aprender a traducir una idea en
un plan con metas a corto y mediano plazo, que pueda ser llevado a la
práctica y que pueda ser evaluado.
Significa aprender a medir, a monitorear a evaluar, lo que significa también
desarrollar la criticidad, la capacidad de autocrítica y la creatividad. Pero quizás, y sobre todo
participar en un proceso de naturaleza implica aprender a vivir valores nuevos; el valor de la insatisfacción
constante; el valor de querer hacer el
trabajo siempre mejor. El valor de la solidaridad; el valor de poner el
objetivo hacia fuera por encima de los intereses personales; el valor de perder el miedo a expresarse, a criticar, a
equivocarse; el valor de la humildad por
la disposición y apertura a
aprender de los demás.
Participar en
un proceso de mejoramiento de la calidad es participar en un proceso
profundamente educativo. Al director le corresponde impulsar, facilitar y
estimular que este proceso se dé, el director debe saber si se están cumpliendo
los estándares de calidad de un
determinado ciclo del proceso de mejoramiento, inclusive del inicial. Cuando el sistema es estable,
debe poder reconocer si hay quienes se salen del sistema. Si algunos
integrantes de la plana docente no lo esta logrando, el director tiene que ser
capaz de discernir entre dos tipos de
situaciones: cuando la o las personas
son capaces de cumplirlos y no lo hacen,
el director debe imponer disciplina y
cuando el o los sujetos no son capaces
de cumplirlos, debe proporcionar la oportunidad de acceder a los proceso
de formación necesarios. Cuando hay personas que se salen del sistema en el
sentido contrario, logrando mejores resultados que el estándar, el director
debe estar atento para darles el
merecido reconocimiento que puede ser material o moral. Un reconocimiento
verbal ante la comunidad de maestros y
padres de familia y ante los alumnos de
parte del director y avalado por los compañeros de trabajo, es altamente
alentador.
Otro aspecto
central que hay que mejorar para aumentar la calidad de nuestras escuelas, es el de la superación
profesional. Así, cuando se establecen medidas para mejorar la calidad, después de haber analizado el
problema y las causas que lo originan, no es raro que no estemos preparados
para llevarlos a acabo. Es necesario que nos preparemos para hacerlo, De esta manera, si nos preocupa que nuestros
alumnos de primer grado no estén logrando los objetivos del aprendizaje de la
lecto escritura, tendremos que prepararnos para introducir calidad en el
proceso. Si, por poner otro ejemplo,
observamos como problema que muchos alumnos de cuarto grado se están rezagando,
tenemos que prepararnos para poder brindarles atención especial sin descuidar
por ello el avance del grupo como un todo. Mejorar la calidad es un proceso que
exige una formación continua que se traduce en un auto mejora. Al director le
corresponde impulsar que este proceso,
esencial para la calidad, tenga lugar y los resultados esperados.
EL
DIRECTOR TIENE DOS RESPONSABILIDADES: MANTENER Y MEJORAR
La
responsabilidad del mantenimiento del sistema se refiere a la necesidad de asegurar que todos puedan
lograr los estándares establecidos en un
determinado momento del ciclo de mejoramiento de la calidad, comenzando por el
momento inicial. Para ello, es necesario que formule, con el apoyo de sus
colegas, procedimientos, reglas y directivas claras, de manera que no hay dudas
acerca del procedimiento establecido para lograr los actuales niveles de
resultados. Así, en un inicio, el director debe propiciar que e equipo en su
conjunto establezca y exprese en forma clara los mínimos estándares de
comportamiento esperado para mantenerlos. Así, por ejemplo, para iniciar un
ciclo, es necesario reafirmar ciertas reglas de juego. Por ejemplo, los
maestros deben asistir regularmente, deben llegar puntualmente deben destinar
el mayor tiempo posible a las actividades de aprendizaje; el recreo es a
determinada y termina a determinada
hora; los salones y las áreas comunes de
la escuela deben estar limpias… Una vez terminado un ciclo de mejoramiento de
la calidad y demostrada la efectividad de las medidas tomadas, debe hacerse lo
mismo. Por ejemplo, si se decide que un problema es la poca participación
activa de los alumnos en su propio proceso de aprendizaje y se toman medidas
para combatir este problema, pueden
llegar a establecerse nuevas normas: el
maestro debe entregar un plan de clase en el que se estipule un porcentaje
determinado de trabajo creativo de los alumnos, un porcentaje determinado de
trabajo grupal. Se le puede pedir al maestro que defina el producto esperado de
cada actividad participativa y así sucesivamente.
La
responsabilidad del mejoramiento, es la otra cara de la moneda. Se refiere a la
necesidad de dar los pasos necesarios
para ir logrando estándares de comportamiento y niveles de logro cada vez más altos. La teoría de la
calidad total en su administración estima que un director debe dedicar la mitad de su tiempo a la responsabilidad
del mejoramiento.
Hay dos
maneras de lograr el mejoramiento: a través de la innovación y a través del
mejoramiento continuo. La innovación
generalmente cambia radicalmente alguna práctica establecida. Un ejemplo de
innovación es la introducción de la enseñanza asistida por computadora en el
salón de clase. Otro ejemplo podría ser el de la implantación de un enfoque
pedagógico novedoso, como la enseñanza
personalizada o la enseñanza por descubrimiento.
El
mejoramiento continuo cambia poco a poco y de día a día las practicas que se
han detectado como poco conducentes a la calidad. Aquí, el director debe ayudar
a que se generen sugerencias e
incorporarlas a la estrategia general del mejoramiento. El personal esta
convencido de que es necesario evitar el rezago escolar. Y sin cambiar
drásticamente sus prácticas, introduce
cada día procedimientos que le
permiten acercarse cada vez más a la
posibilidad de dar atención individual a los alumnos que se atrasan,
aprendiendo a no descuidar el avance general
del grupo. Así, un día conversara
durante el recreo con alguno de los
alumnos atrasados. Otro dio se
llevara los cuadernos dentro de ellos
para revisarlos con detalle. En otra ocasión visitara o conversara con los padres de familia. Más adelante,
podrá elaborar ejercicios especiales para que el alumno los haga en casa con apoyo de algún familiar.
Quizás se le ocurra diseñar estrategias de trabajo por equipos, en los que los
alumnos más aventajados puedan trabar junto con los alumnos rezagados y ayudarles a realizar la
tarea encomendada. Ambas vías son validas, y las dos son necesarias. No
obstante, es necesario advertir que es mucho más difícil adoptar y monitorear
una innovación que un procedimiento de mejoramiento continuo.
Así un buen director de gestión
de recursos humanos:
ü Se
informa
ü Sabe
lo que sucede en la escuela
ü Averigua
las causas de un problema
ü Promueve
el desarrollo profesional del equipo
docente que lidera
ü Entusiasma
a los docentes y a los padres para
implementar mejoras continua.
ü Elimina
barreras que impidan hacer bien el trabajo. Monitorea y evalúa resultados
ü Promueve
la constancia en la búsqueda de la calidad.
EL
DIRECTOR TIENE DOS FUNCIONES: FUNCION ESTIMULANTE Y FUNCION DE CONTROL
La primera de
estas funciones, la estimulante y de apoyo, está dirigida a los proceso. Es la
que se refiere a propiciar que mejoren
las relaciones de manera que puedan producirse
buenos resultados. La segunda de estas funciones, la de control, está
dirigida a los resultados.
En un
movimiento hacia la calidad, esta es la
primera función la que se subraya y enfatiza, bajo el supuesto de que si los
procesos mejoran, mejoraran los
resultados. Sin embargo, esto no significa que se descuide el control de los
resultados. De hecho, el control sobre los resultados sobre el logro de mejores
niveles de aprendizaje en más alumnos es la forma de evaluar si el mejoramiento
de los procesos fue efectivo.
Así un director necesita gestionar tanto los
procesos como los resultados. Para poder hacerlo, necesita contar con criterios
tanto para ls unos como para los otros. Dada la predominancia del modelo
tradicional de administración y supervisión escolar, existen criterios mucho
más elaborados para administrar los resultados: es relativamente fácil medir
cuando menos alguno de los resultados esperados de aprendizaje. Sin embargo,
los criterios para gestionar y monitorear los procesos han sido mucho menos
desarrollados. En este caso, criterios como los de esfuerzo para el
mejoramiento, consistencia en el proceso, congruencia de los que se dice con lo
que se hace todos ellos criterios que conducen a que el director ejerza su
liderazgo entendiendo como apoyo y estimulación parecen ser lo más indicado.
Finalmente: Una gestión de
calidad será exitosa cuando existe:
ü Una
cultura organizacional de calidad basada
en principios, valores habilidades, capacidades que faciliten el
análisis y comprensión de la coyuntura de manera visionaria.
ü Una
mística de trabajo e identificación plena con
la institución y con la comunidad que facilite la cohesión entre sus
miembros, a fin de mejorar la calidad del servicio.
ü Una
organización flexible y funcional, capaz de adaptarse a los cambios acelerados
que vive el mundo haciendo uso y desarrollo
racional de las capacidades y habilidades del potencial humano para
satisfacer las exigentes demandas de la sociedad moderna.
ü Clima
e imagen institucional, basada en el respeto, solidaridad así como estimulo
permanente al personal docente y administrativo que demuestra calidad en el
desempeño de sus funciones.
El director líder debe tener
una actitud positiva 100%, ya que es el
depositario y catalizador de las energías positivas y negativas de sus
trabajadores, es el que debe comprender las necesidades y expectativas de los
trabajadores, pero sin que ello signifique tolerar la intolerancia.
(10 + 10 = 20, 10 – 10 = 0,
10:10 =1, 10x10 = 100)
“Ama lo que estás haciendo y
serás feliz, aleja de ti la amargura y aun en lo más difícil de la vida no te
olvides de sonreír”
El autor